- Inés Ibáñez, farmacéutica graduada en Dietética y Nutrición
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- Nutrición, Salud, Dermatitis Atópica, Dieta

Inés Ibáñez, farmacéutica graduada en Nutrición y Dietética
EL IMPACTO DE LA DIETA Y LOS PROBIÓTICOS EN LA DERMATITIS ATÓPICA
Mucho más allá de un conjunto de órganos separados entre sí, nuestro cuerpo es un todo, nuestros órganos están conectados y lo que pase en nuestro intestino o en nuestro hígado o en nuestro riñón repercutirá directamente en otros órganos como nuestra piel. Así se establecen cada vez más relaciones con enfermedades que tienen repercusión en un órgano pero una posible causa en otro.
Tal y como os hablaba en el post de la relación entre el intestino y el sistema inmunitario, el intestino está involucrado en muchos otros procesos más allá de la digestión de alimentos y existe una estrecha relación entre nuestra microbiota y hábitos alimentarios y nuestra piel, es el caso de la Dermatitis Atópica (DA).
La DA es una enfermedad de carácter inflamatorio mucho más prevalente entre los niños que entre los adultos y que además está en aumento, sobre todo en los países desarrollados. Esto sucede porque existe cierta vinculación entre esta enfermedad y nuestro modo de vida: factores ambientales (efectos de la contaminación, exposición a endotoxinas a través de animales de granja, clima, dieta), diversidad de la microbiota intestinal etc.
En la última guía de dermatitis atópica de la Asociación Española de de Dermatología y Venereología concluyen que unos de los principales factores de riesgo de esta enfermedad son una dieta “occidental”, la exposición a antibióticos de amplio espectro, una disminución de la flora bacteriana intestinal, la obesidad y la falta de ejercicio.
LA RELACIÓN ENTRE LA MICROBIOTA INTESTINAL Y LA DERMATITIS ATÓPICA
La dermatitis es una enfermedad inflamatoria que hace tiempo que se relaciona con una microbiota intestinal alterada, sucede porque nuestra microbiota intestinal juega un papel clave en la inflamación.
Nuestra microbiota en perfectas condiciones tiene la capacidad de fabricar sustancias con propiedades antiinflamatorias como son el butirato o el propionato. Sin embargo, cuando está alterada y estas dos sustancias disminuyen, se produce un estado de pro-inflamación con repercusiones en la piel.
Hay varias causas por los niños pueden tener la microbiota alterada, entre las más comunes son el uso de antibióticos a temprana a edad, parto por cesárea y la dieta.
En el 2017 se publica en una prestigiosa revista americana de dermatología (JAMA dermatology) los resultados de un estudio que se hace en 50 niños tratados con probióticos y concluyen que la toma de probióticos que contienen las siguientes cepas: (Bifidobacterium lactis CECT 8145, Bifidobacterium longum CECT 7347 y Lactobacillus casei CECT 9104) reduce:
- Los brotes de dermatitis atópica y la duración e intensidad
- El uso de corticoides tópicos
- La extensión y la intensidad del eczema
Además en una revisión de muchos estudios que se publicó recientemente concluyó que el tratamiento con probióticos disminuía el eczema en niños mayores de 1 año.
LA DIETA Y LA DERMATITIS ATÓPICA
En la última guía de dermatitis atópica establecen como factor de riesgo la dieta occidental pero, ¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de la dieta occidental?
La dieta occidental es aquella tan criticada muchas veces por ser pro-inflamatoria y aunque el mediterráneo esté también en occidente comparten muy poco en común.
La dieta occidental es aquella en la que la famosa pirámide de los alimentos está invertida, siendo las carnes rojas, los dulces y los alimentos procesados la base de la alimentación o aquello que consumimos todos los días y situando las verduras, frutas, legumbres y cereales integrales en el ápice o aquello que consumimos de manera ocasional.
Pocas personas tienden a sentirse identificadas con la dieta occidental, no nos gusta identificarnos en algo que los medios y científicos critican tanto, sin embargo, ¿Cómo puede ser que todo lo que nos rodee nos incite a ello? Revisando los patrones alimentarios de conocidos o viendo los carros de la compra, detecto que hay muchas personas fieles a este tipo de dieta. De hecho, es mucho más complicado no seguirla, entre su palatabilidad, su precio y todos los estímulos que nos guían hace este tipo de dieta y es que las manzanas no saben publicitarse tan bien como las galletas, los helados o el happy meal de McDonalds.
Pongamos un ejemplo, de cómo podrías seguir la dieta occidental o dieta western sin casi darte cuenta: si todos los días desayunas y meriendas un cruasán, de postre en la comida tomas un flan y cenas un helado, ya tienes un pie más dentro que fuera de la dieta occidental y obviamente si esto es un día al mes no hay problema pero si fuera 4 días a la semana, entonces sí.
Los problemas de salud derivados de una mala alimentación ya se dan a conocer entre los más jóvenes, es el caso, de la dermatitis atópica. Seguir una dieta western deriva en problemas en la microbiota intestinal que provoca desde síntomas gastointestinales hasta un Sistema Inmune débil y propenso a las infecciones y dermatitis atópica.
Mi recomendación:
- Disminuye los dulces, procesados y las carnes rojas.
- Aumenta las frutas, verduras y legumbres, de esta manera le daras alimento a tu propia microbiota y la ayudarás a preservarse.
- Suplementa con probióticos, no tienen ningún efecto adverso y pueden ayudar a repoblar tu flora intestinal.
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